Thomas à Kempis, teólogo del siglo xv,
dijo: «¿Quién es tan sabio como para conocer perfectamente todas las cosas? Por
lo tanto, no confíes demasiado en tu propia opinión, sino está dispuesto a
escuchar las opiniones de los demás. Aunque tu parecer puede ser correcto, si
por amor a Dios lo desestimas y sigues el de otro, te beneficiarás aun más».
Thomas reconocía la importancia de buscar la opinión de consejeros de confianza
al hacer planes para la vida.
Para determinar el rumbo de Dios para
nosotros, la persona sabia tiene que abrirse a distintas líneas de consejo,
mediante las cuales el Señor puede transmitir su sabiduría. Cuando una persona
busca el consejo sabio de los demás, expresa que es consciente de que tal vez
esté pasando por alto factores importantes en sus decisiones.
Salomón, el hombre más sabio de Israel,
escribió sobre la importancia del consejo de los demás: «Los pensamientos son
frustrados donde no hay consejo; mas en la multitud de consejeros se afirman»
(Proverbios 15:22).
El Señor es un Admirable Consejero
(Isaías 9:6), y desea protegernos mediante consejeros sabios. Búscalos y
agradece a Dios por ellos. Deja que te ayuden a descubrir el plan divino para
tu vida.