Santiago escribió sobre un grupo de creyentes
que luchaban para tener paciencia hasta que Jesús volviera (Santiago 5:7).
Vivían épocas de explotación y angustia, y Santiago los alentaba a «programar
su temperamento» para largo plazo. Al desafiarlos a que perseveraran en medio
del sufrimiento, intentaba estimularlos para que permanecieran firmes y
vivieran de manera sacrificada hasta que el Señor volviera para arreglar todo:
«afirmad vuestros corazones; porque la venida del Señor se acerca» (v. 8).
Los instaba a ser como el granjero que espera
pacientemente que llegue la lluvia y la cosecha (v. 7), y como el patriarca y
profeta Job, quien demostró perseverancia en las dificultades (vv. 10-11). La
línea de llegada estaba cerca y Santiago alentaba a los creyentes para que no
abandonaran.
Cuando somos probados en el crisol de la
angustia, Dios desea ayudarnos a seguir viviendo por fe y confiar en su
compasión y misericordia (v. 11).
El camino hacia una
gran paciencia es a través de las grandes pruebas. (RBC)