Muchos
idiomas tienen dichos sobre la dificultad de cambiar hábitos antiguos. En inglés: You can’t teach an old dog new tricks
[Perro viejo no aprende trucos nuevos]. En francés: Ce n’est pas a un vieux
singe qu’on apprend a faire la grimace [Mono viejo no aprende a hacer muecas]. En español: Loro viejo no aprende
a hablar.
Cuando Jesús le dijo a Nicodemo que debía nacer de nuevo para
poder ver el reino de Dios, él respondió: «¿Cómo puede un hombre nacer siendo
viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer?»
(Juan 3:3-4). El profesor y escritor Merrill Tenney propone que Nicodemo quiso
decir lo siguiente: «Reconozco que es necesario un nuevo nacimiento, pero soy
demasiado viejo para cambiar. Ya tengo un estilo de vida. El nacimiento físico
es imposible, y el renacimiento psicológico es aun menos probable […]. Mi
situación no tiene salida».
Independientemente de tu edad o situación en la vida, con el poder
de Dios, nunca es demasiado tarde para cambiar.