Lo
mismo podría decirse de nuestro «corazón espiritual». En la Escritura, el
corazón representa el centro de nuestras emociones, pensamientos y
razonamientos. Es el «centro de comando» de nuestra vida.
Por
eso, tiene mucho sentido que la Palabra aconseje: «Sobre toda cosa guardada,
guarda tu corazón» (Proverbios 4:23). No obstante, nos cuesta aceptar este
consejo. La vida siempre nos exige tiempo, energía y atención inmediata. En
comparación, tomarse el tiempo para escuchar la Palabra de Dios y hacer lo que
nos enseña quizá no parezca tan urgente. Tal vez no notemos las consecuencias
de este descuido de inmediato, pero con el tiempo, podemos llegar a experimentar
un paro cardíaco espiritual.
Doy
gracias a Dios por habernos dado su Palabra. Necesitamos su ayuda para no descuidarla
y para usarla a fin de alinear nuestro corazón con el suyo cada día.
Para mantener una buena salud espiritual,
consulta al gran Médico – DIOS. (RBC)