Viviana y Daniel tienen más de
90 años, y han estado casados más de 70. Hace poco, ella tuvo un
contratiempo al fracturarse la cadera. Esto se sumó a su tristeza porque, desde
hace varios años, ya no tienen fuerzas suficientes para trabajar y participar
activamente en su iglesia.
No obstante, ambos siguen trabajando
con ahínco para el Señor: son guerreros de oración. Aunque quizá no puedan
estar físicamente presentes en la iglesia, son fieles «entre bambalinas» en su
servicio para el Señor.
La parábola de Mateo 25 nos recuerda
que debemos utilizar los «talentos» que Dios nos ha dado en su sabiduría. Todos
tenemos habilidades o capacidades en diversas áreas, y no debemos enterrar ni
desperdiciar lo que el Señor nos ha concedido.
Dios no nos utiliza solamente cuando
somos fuertes, sino también en nuestra juventud y vejez, y en nuestras
enfermedades y debilidad. Viviana y Daniel continúan sirviendo con la oración.
Y como ellos, nosotros honramos a nuestro Salvador al utilizar nuestros
talentos… «cada uno conforme a su capacidad» (v. 15) para servir a Aquel que es
digno.