Me sorprendí al oír que un piloto que solía comandar aviones llenos de gente al Kai Tak dijera: «Echo de menos aterrizar en ese aeropuerto». Pero creo que sé lo que quería decir. Como piloto, le gustaba el desafío. Su confianza se basaba en su habilidad y en su dependencia de aquellos que lo guiaban desde la torre de control.
Con mucha frecuencia, nos encantan los desafíos. Sin embargo, las personas sobre las que nos gusta leer en la Biblia se destacaban porque batallaban contra ellos. Piensa en Pablo. Confiando en la ayuda de Dios, enfrentaba directamente los problemas… y los superaba. Cristo le prometió esto al apóstol y a nosotros: «… Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad…» (2 Corintios 12:9). Siguiendo el ejemplo de Pablo, que confiaba en el cuidado del Señor, podemos decirle al próximo desafío: ¡Métele!

Si Dios te manda por un camino pedregoso, te dará calzado resistente. (RBC)