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Dice: «Entren, amigos, y vean la agradable obra de Dios, el bordado de la tierra». ¡Qué forma tan maravillosa de describir la manera en que nuestro Creador favoreció este planeta con una belleza tan sorprendente!
El «bordado de la tierra» incluye toques divinos tan diversos como las verdes selvas tropicales de Brasil, la fría hermosura de los glaciares del Círculo Ártico, los campos rebosantes de trigo de las llanuras de América del Norte y las amplias extensiones del fértil Serengueti en África. Estas regiones, como las descritas en Isaías 41, nos invitan a alabar a Dios por Su obra creadora.
Las Escrituras también nos recuerdan que cada planta forma parte de la obra de Dios. Desde la rosa (Isaías 35:1) hasta el lirio (Mateo 6:28), el arrayán, el ciprés y el pino (Isaías 41:19-20), Dios colorea nuestro mundo con un esplendoroso despliegue de belleza. Disfruta de tal maravilla y dedica un tiempo para alabar al Señor por el «bordado de la tierra».
La creación está llena de marcas que señalan al Creador. (RBC)