¿No ocurrió lo mismo en la primera Navidad?
Los pastores oyeron a un ángel que anunció el nacimiento del Salvador, Cristo
el Señor (Lucas 2:11), seguido de «una multitud de las huestes celestiales, que
alababan a Dios» (vv. 13-14). Después de encontrar a María, a José y al bebé en
Belén, los pastores no pudieron evitar contarles a otros sobre aquel Niño (v.
17). «Y volvieron los pastores glorificando y alabando a Dios por todas las
cosas que habían oído y visto, como se les había dicho» (v. 20).
El «momento de gracia» que experimentaron los
había transformado. Cuando regresaron al mundo real, llevaron la buena noticia
de Jesús y la proclamaron de todo corazón.
Llevemos nosotros también la gracia de Dios
al mundo real en esta Navidad y cada día del nuevo año.
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Lleva diariamente
contigo el gozo de la Navidad. (RBC)
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