Dios nos ha enviado un mensaje en la Persona
de su Hijo, y podemos confiar en el Remitente. En el Antiguo Testamento, el
Señor le habló a su pueblo mediante los profetas, y muchos rechazaron la
Palabra de Dios. Pero todo guiaba a lo siguiente: «Dios, habiendo hablado
muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas,
en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero
de todo, y por quien asimismo hizo el universo» (Hebreos 1:1-2).
Tal vez nos asombre el misterio inexplicable
del Dios Todopoderoso que entró en nuestro mundo como un bebé; aun así,
seguimos dudando de recibir a Cristo y colocar nuestra vida en sus manos.
La Navidad es el mensaje inolvidable del
amor, la redención y la esperanza que Dios ha enviado. ¿Confiarás en el
Remitente y abrirás hoy su mensaje?
El eterno mensaje de
esperanza divino aguarda ser recibido. (RBC)