La segunda cosa que se me ocurrió es que lo
novedoso de cada día es un regalo digno de celebrar. Quizá este concepto fue lo
que impulsó al salmista a declarar: «Este es el día que hizo el Señor; nos
gozaremos y alegraremos en él» (Salmo 118:24).
Es indudable que enfrentamos muchos «hoy»
desconocidos… y que algunos pueden resultar difíciles. Pero el tesoro que
contiene cada día nuevo es tan especial que Moisés fue inspirado a escribir:
«Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, que traigamos al corazón
sabiduría» (90:12). Cada jornada nueva es un regalo precioso. Quiera Dios que,
con gratitud, vivamos todos los días con una plena confianza en sus propósitos
y una humilde dedicación a Él.
Cada nuevo día nos da
nuevas razones para alabar a Dios. (RBC)
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