No obstante, en el versículo 10, cuando Asaf recuerda las obras
maravillosas de Dios, se produce un cambio: los pensamientos se dirigen al amor
del Señor, a lo que Él ha hecho, a las obras extraordinarias del pasado, al
consuelo de la fidelidad y la misericordia divinas, a la grandeza de Dios, y a
su poder y redención.
Esta vida está llena de angustias, y las respuestas no siempre llegan
fácilmente. Aun así, en la oscuridad, cuando recordamos la gloria, la majestad,
el poder y el amor de Dios, nuestra desesperación puede disminuir lentamente.
Como Asaf, podemos recordar las obras del Señor (en especial, la salvación que
Cristo ofrece) y volver con gratitud adonde una vez estuvimos: al reposo de su
amor poderoso.